jueves, 9 de julio de 2020

¡¡¡COMO MARIA !!!




Como María
Cuando se concluye una reflexión sobre cosas de la fe, sobre la vida cristiana, es casi instintivo repensar todo mirando a María, y darse cuenta -si no se ha caído en algún racionalismo gratuito o en un sentimentalismo superficial- que "en María ha sucedido así".
En la experiencia de humildad de hijo, que "hace la voluntad del Padre" y que por amor sirve a los hermanos también se reconoce la impronta mariana más profunda de la vida de Don Orione.
Don Orione vivió de María -contemplativa y activa por excelencia- la actitud espiritual fundamental: "Soy la servidora del Señor: se cumpla en mí según tu palabra" (Lc. 1,38).
María es la creatura más humilde y la más abandonadamente activa en las manos de la Divina Providencia. La tácita respuesta al ángel cuando se limitó a decirle "fiat secundum verbum tuum" manifestaba la experiencia religiosa del pueblo de Israel vuelta a lo esencial: la obediencia a Dios y el amor al prójimo. Al "fiat mihi" de María corresponde el "fiat voluntas tua" de Jesús, y aquél de cada cristiano que, con la oración y la vida se dirige al "Padre Nuestro".
"¡Fiat! Es una pequeña palabra, dulce refugio levantado por el buen Dios en medio de este desierto tan árido y difícil de atravesar que se llama vida. ¡Fiat! Esta palabra no puede decirse más que a Tí, oh mi Dios, porque sólo a Tí podemos plenamente confiarnos, dedicarnos, abandonarnos enteramente". (108)
Como María, Don Orione no ve otra cosa, no quiere otra cosa: ¡servir, amar, hacer la voluntad de Dios!
"Ya otras veces les he dicho -hablaba a sus clérigos- que para amar verdaderamente al Señor, a la Virgen, a las cosas santas, a la Iglesia, es necesario hacerse casi una fijación... ¿Saben qué significa estar fijo en una cosa? Quiere decir no ver otra cosa, no amar otra cosa, no querer otra cosa que aquélla...
Nosotros debemos estar centrados únicamente en aquello que mira al amor y la gloria de Dios y de la Virgen Santísima y a la salvación de las almas... ¿Cuál era la actitud de la Virgen hacia Jesús? Ustedes lo saben: ¡no vivía más que para él! No hablaba sino de Él y para Él, sufría y rogaba con gusto por Él; diría, pensaba aquello que pensaba Jesús -si le hubiese sido posible- su amor deseaba tanto estar cercano en sentimientos, pensamientos y afectos a los de Jesús... vivir al unísono, en todo, con Jesús". (109)
Ésta es la unificación interior de acción y contemplación en Don Orione
Fuente: http://www.messaggidonorione.it/

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